Desde cero

¿Alguna vez se han visto en la encrucijada de volver a eso que renunciaron por un gran sueño, ese sueño no ha rendido los frutos esperados y… ni modo, vuelven a verse en la posición de lo que parece un retroceso? Seguro que muchos nos hemos sentido así. En mis palabras diría que es como cuando a Dumbo lo degradaron a payaso. La sensación Dumbo, como la llamo, se refiere a la sensación de vergüenza y auto reproche por volver a empezar desde cero. Es tan intenso el nivel de frustración que puede llevarnos a llorar, gritar, incluso a odiarnos. Sin embargo, antes de que crucemos al lado oscuro y nos convirtamos en la patética versión de Darth Vader emocional, es importante que reflexionemos si de verdad ese paso que creemos dar hacía atrás podría conducirnos hacía adelante.

Supongamos que decides convertirte en el mejor actor del mundo, por ende renuncias a tu trabajo «estable» para dedicarte al cien por ciento a esta nueva etapa de tu vida y al cabo de un tiempo, después de mucho esfuerzo, te das cuenta que las cuentas se acumulan, las estrategias para burlar al casero se agotan y encima de todo están los amigos que aunque en un principio trataron de desuadirte terminaron convencidos de que serías el próximo Al Pacino, incluso te alientan con el ya clásico «échale ganas» y claro que no quieres decepcionarlos. Por un lado, estás preso de tu propia emoción y por el otro contra la pared porque tienes la mala costumbre de comer. En mi vida me ha tocado conocer a muchas personas en la misma situación, yo misma he tenido que saborear el amargo trago de la auto decepción. Sin embargo, con el tiempo también, me he dado cuenta de que aunque se vuelva al mismo lugar uno ya no es el mismo y eso, sin duda, es una gran diferencia. Quiero aclarar que no aliento a nadie a que renuncie a sus sueños, a dejar luchar y trabajar por hacerlos realidad, al contrario, lo que quiero decir es que si en un momento sucede que debemos volver a ese trabajo, escuela o país al que renunciamos, lo hagamos sin culpa. No hay fracaso, no hay problema, es solo un pensamiento, que nos atormenta, pero es solo eso: un pensamiento. La forma de ver las cosas con relación al tiempo y a las experiencias vividas serán diferentes e incluso puede ser un gran aliciente para seguir trabajando por esos sueños que deseamos hacer realidad.

Un amigo muy querido después de hacer una larga temporada teatral como productor me contaba que había tenido que aceptar un empleo como promotor en un supermercado; ya que después de muchas audiciones no había podido conseguir un papel. Recuerdo exactamente ese momento. Él me lo decía entre pena y alivio, es lógico que pensara que tal vez lo juzgaría por no haber trabajado lo suficiente en su ramo, sin embargo, puedo afirmar que esa decisión me ha servido de gran inspiración, pues sé que mi amigo no dejó de esforzarse, solo tomó lo que le pareció correcto en ese momento para solucionar su asunto. Tal vez tuvo sus reservas y por dentro no estaba de lo mejor, pero el sentido de supervivencia se sobre puso y él lo supo aprovechar.

Steve de Shazer creador de la Terapia Breve Centrada en Soluciones (Solution Focused Brief Therapy) menciona que más allá de centrarnos en lo que nos aqueja debemos concentrar nuestra atención y energía en la solución más viable, ya que la solución llega, muchas veces, antes que el problema.

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#SiMeMatan

Hace unos días entré a mis redes sociales y me di cuenta de que una de mis amigas iniciaba su post con #SiMeMatan y luego detallaba muchas de sus cualidades, que admiro, y por las que supuse ella se creía juzgada. Tomé mi teléfono y le envié una nota de voz asegurándole que aunque eso sucediera jamás moriría. Esta mañana leí una nota en el diario El País relacionado al acontecimiento que desató la tendencia en relación a #SiMeMatan y cito: «Porque en México, muchas no se imaginan lo que dirán de ellas si les matan.»

Lo dice un diario extranjero y lo dice muy bien, porque no solo es el lamentable hecho de una persona que perdió la vida, sino que resulta relevante su género, su estilo de vida, así como sus hábitos. Recordé que hace poco murió también una mujer en el choque de Reforma, fue juzgada con severidad por una sociedad machista, porque ese mal incluye también a muchas mujeres, que más allá de comentar y destornillarse en el cotilleo de un hecho lamentable, justificaba el deceso argumentando que se lo merecía porque al estar casada debía vivir con su marido y no salir sin él. Curiosamente en este reciente caso, los encargados de juzgar a la chica fallecida son las autoridades que justifican que debido a su alcoholismo y parrandeo era natural que se muriera. Es decir, la forma de vivir de una persona, en este caso mujeres, justifica perfectamente sus muertes y yo me pregunto, al igual que muchos ¿Los culpables? ¿Los responsables de esos fallecimientos son juzgados? y no digo ya por una sociedad doble moralista, sino por las autoridades que lo único que debe importarles es el esclarecimiento de hechos tan violentos y desafortunados, la respuesta es: no, un GRAN NO.

María José Evia Herrera con su post: «si me matan, recuérdenme ser perfecta» dio paso a toda una ola de reacciones por parte de muchas mujeres, lo que ha provocado las miradas extranjeras. No es la primera vez que México es reconocido por su violencia de género. Los procesos seguirán, pero el dolor permanece.

Así que #SiMeMatan por escribir, por hablar, por beber, por amar, por ser libre o intentarlo, por usar short, por salir sin marido, por no tener hijos, por… por favor no me dejen morir.

Había una vez…

Había una vez una princesa que esperaba dormida a su príncipe azul para que la salvara y fueran felices para siempre.

Seguro que a todos nos leyeron algo parecido en nuestros inocentes años de infancia, sobre todo a las que ahora somos mujeres y como es normal crecimos, esperamos al príncipe que no llegó ni nos salvó, no somos felices durante un día completo y mucho menos esperamos serlo para siempre. De pequeñas, a la hora de la comida, mi papá nos sentaba a mi hermana y a mí, debajo de nuestro plato de sopa había un mantel con alguna de estas historias de princesas. Un día le pregunté a mi papá si Blancanieves también iba a la escuela como yo, me respondió que no, que las princesas no van a la escuela ¡Mira, qué tal la Blancanieves! Aunque tomando en cuenta que la pobre tenía que lavar, planchar, limpiar y hacer de comer para siete enanos y un encantador príncipe, entiendo que no tuviera necesidad ni ganas de saber quién descubrió América o qué forma tiene la tierra o cuáles son los planetas que conforman el Sistema Solar. Pensándolo bien, Blancanieves tal vez sí vivió feliz para siempre en un mundo que solo exigía de ella ser bella y limpiar hasta que su príncipe llegara a salvarla de todo, menos de sí misma. Y es que desde que somos niñas se nos educa en lo que mi padre graciosamente llamaba la ciencia de la trapeología. El pasado domingo se celebró el Día del niño y mientras mi marido esculpía sus músculos en el gimnasio, yo me quedé tomando un chai y cuestionándome la razón de mi existencia, cosa para lo que no creo que le quedara tiempo a Blancanieves con sus tantos quehaceres, entre una y otra noté que en el semáforo había un señor vendiendo utensilios de limpieza en miniatura para niñas, porque supongo que a los varones no se les regala ese tipo de cosas, y no pude más que indignarme ¿Cómo es posible que en esta época de liberación femenina, y no sé qué tanta cosa más se sigan educando de esa manera a las nuevas generaciones? ¡En serio! ¿Por qué se sigue reafirmando que el lugar femenino se encuentra en la limpieza y la conservación doméstica? Recordé el comentario que me hizo una vendedora de vajillas el día que le dije que mi suegra ya me había regalado dicho producto, muy sorprendida me preguntó «¿Tu suegra es muy mujer?», digo es mujer, pero ¿se puede ser más todavía? Ya sé que hasta aquí deben pensar que soy una feminista loca de atar o feminazi, pero por el contrario soy una mujer que fue criada solamente por su padre con una visión bastante consiente de lo que es no solo ser mujer, sino pertenecer a la raza humana. Mi padre me enseñó a respetarme como persona, me enseñó a no auto discriminarme por mi genero, me enseñó a valerme por mí misma. Volviendo al tema le pregunto a cualquiera hombre o mujer si de verdad les encanta pensar en la escoba o la plancha como algo divertido de hacer un fin de semana, es más ni cuando es necesario realizar ese tipo de actividades resultan amenas, entonces ¿Por qué seguir incentivando el pensamiento sexista con respecto a las niñas? ¿Cultura? ¿Costumbre? Recientemente me topé con un vídeo donde dos chicas, Elena Favilli y Francesca Cavallo, hablan sobre su proyecto Good Night Stories for Rebel Girls, un libro que tiene como propósito sustituir los tradicionales cuentos de hadas por historias de mujeres reales y exitosas. Decidí investigar un poco más y descubrí que estás rebeldes mujeres se dieron cuenta del efecto que provoca en los niños, e incluyo a los chicos porque también les pasa que de grandes se les exige ser príncipes, y como es lógico, quieren encontrar a la princesa, reina o bruja de los cuentos como si esas fueran las únicas posibilidades femeninas. Sin embargo Elena y Francesca, en lugar de quedarse en el viaje se dieron a la tarea de crear un libro con la mini biografía de varias mujeres reales, enfatizo reales, que han destacado entre las letras, las ciencias, las artes y los deportes. Las mujeres incluidas en este libro van desde nuestra mexicanísima Frida Khalo hasta la notable Serena Williams. El objetivo es que a través de la lectura nocturna (o no) las vidas de muchos niños se vean influidas e inspiradas de manera positiva. Sin duda un trabajo admirable que además cuenta con ilustraciones muy bellas, así que si algún padre, madre o amigo buena onda y muy rebelde desea regalar algo útil, práctico e inspirador le recomiendo este ejemplar que también está disponible en español publicado por la editorial Planeta.

Les dejo los enlaces donde pueden encontrar más información sobre las autoras, su trabajo y si desean adquirir el libro no duden en contactar al buen amazon.com.

¡OJO ESTE LIBRO ES PARA NIÑOS TAMBIÉN ;)!

https://www.rebelgirls.co

https://www.amazon.com/Good-Night-Stories-Rebel-Girls-ebook/dp/B01N2P9RH4

https://www.amazon.com/Cuentos-buenas-noches-rebeldes-Spanish-ebook/dp/B06XCYRSMR

Gracias por participar

El valor del rechazo para descubrir que el talento no es suficiente.

Hace unos días escribí sobre Felipe y sus canicas aludiendo a mi situación laboral. Esta vez quiero compartir que después de varias entrevistas laborales para puestos como atender el teléfono en otro idioma he sido rechazada, según el reclutador que me encuentra sobre calificada. Primero, como es lógico me sentí mal, yo tan lista y despierta, tan certificada y tal. Luego, más tranquila reflexioné que la verdad no quería el trabajo, pero entonces ¿Por qué me lastimó tanto la negativa? No es agradable ser rechazado ni por el novio mala onda o el vecino escandaloso; sino que el hecho de que le digan a uno «No te quiero aquí, gracias» con sonrisa y todo derriba la autoestima de cualquiera.

En mi reciente búsqueda de capital económico he descubierto que como en las relaciones sentimentales no basta el amor, en lo laboral estar calificado, o creer que se está, no basta hablar otro idioma (en mi caso cuatro: inglés, portugués, francés y español) tener un título universitario, haber viajado ni la experiencia. Lo que realmente importa es detenerse a pensar si eso que quieres hacer estás dispuesto a hacerlo con pasión y disciplina. Por supuesto no estoy descubriendo el hilo negro.

Es verdad que se busca donde hay luz y no donde se perdió. Eso es lo que me ha pasado a mí y con pena, pero valentía también (para eso sirve la re significación y el análisis después de todo) reconozco que he hecho muchas cosas con más miedo que ganas, este blog es una de ellas. Hoy sé que hablar inglés no mejorará mi vida laboral en términos económicos atendiendo un teléfono, pero seguro lo ha hecho para acceder a la información, así fue como me topé con Carol Dweck y sus conferencias, así que nada es en vano. En mi estadística se suman ya cinco muestras fallidas por obtener un empleo «estable». La razón no la sé con exactitud, sin embargo se me ocurren las siguientes:

  1. Comentar mi experiencia en el mundo creativo.
  2. Mi estado civil
  3. Responder honestamente a la pregunta ¿Toma actualmente algún medicamento?

Esta última realmente me llama la atención. En cinco años no he trabajado en una oficina, sin embargo creo que no deberían hacer esa pregunta y por otro lado si la hacen lo correcto sería ¿no responder? En cualquier caso esta experiencia me sirve para continuar con este espacio y reafirmar que al momento que alguien nos rechaza realmente nos hace un favor porque si me hubieran dado el empleo tal vez hoy estaría tan cansada o harta para escribir. Entonces, después de todo, el rechazo no es tan malo. Nos hace voltear a vernos, analizarnos. Las situaciones o relaciones que no funcionan según Carol Dweck nos hacen ser. Nos provocan a seguir esforzándonos y no conformarnos con el talento que creamos tener. Así que basada en eso, me digo: «¡Gracias por participar!»

Aquí les dejo un enlace de una de las conferencias de Carol Dweck

Las canicas de Felipe

Felipe tenía tres docenas de canicas, jugando perdió ocho ¿cuántas canicas le quedaron a Felipe? si regaló media docena camino a su casa.

Estoy segura de que muchos de los que están leyendo esto se enfrentaron a una situación similar o lo están haciendo. Alguno seguro antes de que termine de leer ya sabrá cuántas canicas le quedaron a Felipe y otros, como yo, tal vez no sepan o no les importe la vida de Felipe ni sus canicas. El tema es que, aunque me cueste reconocerlo a mis treinta y tantos y con esfuerzos, de tanto en tanto la duda sobre las canicas de Felipe me angustia y mucho.

Hace dos semanas tomé la arrebatada decisión de volver a enfilarme en busca de un empleo estable, lo que sea que eso signifique, y resulta que Felipe, sí, ese que creí olvidado y enterrado en mi último examen de la prepa, llegó con su bolsita de canicas, las que le hayan quedado, a darme tremendo zape en la cabeza. Me di cuenta cuando trataba de resolver una de esas pruebas que no tenía ni idea, pero si respondía mal el empleo adiós, y sí así fue. Y es que aunque para contestar un teléfono no creo que Felipe ni sus canicas sean relevantes sí lo es para analizar determinadas situaciones de pensamiento lógico matemático, ese que desestimé hace años. Me di cuenta de que Felipe solo quería ayudarme porque en realidad si hubiera analizado bien la situación. Uno, ese empleo no valía la pena. Dos, las dos horas que pasé ahí las pude invertir en algo mejor.

Cuando salí de aquel lugar pensé seriamente cómo he vivido todo este tiempo sin saber qué pasó con las canicas de Felipe y es que  me guste o no, en la situación con Felipe y sus canicas me ha llevado a dejar de lado el análisis de situaciones importantes de mi vida laboral. En cascada las canicas de Felipe me han despertado la necesidad no solo de conformarme con las cosas que me apasionan; sino que me han hecho reflexionar sobre mi capacidad de resolver situaciones diarias en mi vida. Así que aunque todavía no sé cuántas malditas canicas le quedan a Don Felipe y por qué rayos las perdió y luego las regaló, me queda claro que como él, yo también he dejado mis canicas en la dimensión donde se van los pares de calcetines que nunca encontramos al lavarlos. Hoy mismo tengo muchas dudas de cómo resolver mi situación laboral. Sé que al igual que yo hay muchos ahí afuera que tienen las mismas dudas y que también han perdido o mal invertido sus canicas. Este espacio nace de la necesidad de invertir el tiempo, el esfuerzo, el aprendizaje y ¿por qué no? de compartir la duda de dónde quedan nuestras canicas en el camino. Estoy segura de que Felipe no me encara años después por casualidad, así que aquí voy,  a encontrar las canicas de Felipe y de paso las mías.