El amor intangible

Cada miércoles podrán encontrar la reseña del libro más reciente que haya tenido en mis piernas para que se animen a leer, discutir o de plano a tirarlos por la ventana.

Así es, ya llegó, ya está aquí de vuelta esta bonita sección. Ya sé que me tardé, pero ¿qué les digo? Mucha cosa, mucha que no les voy a contar ahora porque este espacio es de páginas impresas, de letras y reflexiones lectoras, así que vamos, vamos.

Este libro escrito por René Áviles Fábila tíulado El amor intangible  narra la relación epistolar de dos que nunca se conocen, mejor dicho nunca se atreven, al menos no a la par.

Fátima, el personaje femenino está lleno de sombras principalmente por su profesión, él quien empieza dibujado como un amante potencial termina por caer en las redes de su propio engaño, con esto me refiero al engaño del que somos victimas por nosotros mismos al momento de iniciar una relación. En este caso los personajes tienen como escudo la pantalla de sus computadoras, pues es a través de correos electrónicos que se «comparten» parte de sus experiencias y son esta serie de confesiones las que provocan en los personajes emociones que van desde la ternuna al deseo carnal sin dejar de lado la rabia, los celos y la decepción.

Este libro me tocó particularmente y no porque tenga una relación ahora; sino porque justo he pasado por la estupidez de cubrirme del fracaso de una relación atribuyendo la responsabilidad a la distancia física; sin embargo la vida, mi vida, y en este texto me dejan claro que no es ningún tipo de distancia geográfica lo que afecta una relación; sino la barrera interna que aprendemos, que perfeccionamos en cada experiencia amorosa. Aprendemos a bloquear las emoción, el sentimiento con la falsa idea de cuidarnos para que no nos lastimen, pero ¿no es más lastimosa la soledad autoimpuesta? ¿no es más miserable envidiar en el otro la dicha que podría ser nuestra si tan solo fueramos valientes? Sí, valientes de ir a rompernos el alma si es necesario, pero salir de nosotros. En este libro René me recordó la fragmentación a la que nos sometemos los seres humanos, no sólo como género; es decir, las mujeres nos instalamos en esposas, amantes, novias, madres, hijas y los hombres… los hombres son también víctimas si no bien de la fragmentación sí del absolutismo de su rol de machos proveedores, de amantes incansables, sin miedo, sin dolor ni emocional, ni físico.

Se puede compartir el mismo país, el mismo estado, la misma ciudad, el mismo sentir empero, lo intangible del amor radica en la falta voluntad, de coraje para demandar lo que se quiere, lo que se desea del otro, porque nadie puede sentir lo que el otro no le provoque y a pesar de saberlo  insistimos en «enamorarnos» en solitario, a la defensiva y con el pretexto como bandera.

«Space is just a word made up by someone who´s afraid to get close…»  

 

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Luces y cicatrices

Después varios días aquí voy otra vez a retomar las publicaciones de este bonito espacio. Para los que están suscritos, ya saben que di un súper fregadazo en la frente y si no lo saben ¡Suscríbanse! Bueno ya después del comercial, les cuento que este “silencio” se debió a que estaba muy cansada, no es que haya dejado de estarlo, pero ya es hora de volver a las letras. En este silencio me distraje en crear experiencias distintas. El próximo 22 de octubre cumplo cuatro meses en CDMX y ya sé que es un estrés tremendo estar contando los días como preso que espera ser liberado, pero ¿qué les digo? No les voy a decir la típica frase de “No puedo evitarlo” porque es mentira, la realidad es que no quiero, me aferro porque para mí es una manera de medir mis avances en este cambio, es un friendly y unfriendly reminder que me mantiene activa para no caer en la zona de cómoda que ni es cómoda y divagando un poco eso me recuerda a aquella frase de “la vida fácil” que tampoco es fácil, lo que me deja claro que vivimos en el absurdo de las frases y los hechos. Después de escuchar una y otra vez Love too much hasta quedarme dormida con mi frente doliente hoy desperté  con la buena nueva de que no tengo moretón, pero me duele la frente y le rasqué poquito más y me di cuenta de que como siempre pasa lo que duele no está en la superficie. Ayer me llamaron la atención en mi empleo por un error que cometí, soy una persona que acepta sus shits y ese no es el tema, pero ¿por qué rayos me pudo tanto? Sucede que esa fue la cereza del pastel el día de ayer porque nada de lo que tenía planeado estaba saliendo de acuerdo al plan. Me quedé sin dinero para terminar la quincena y me vi en la penosa necesidad de pedir ayuda. Hugo muy amablemente me mandó algunas de las viandas faltantes en el Albergue, peeeeeeeeeeero todo llegó mal. Las croquetas equivocadas, la arena para los gatos incorrecta, en lugar de acondicionador llevaron shampoo, faltó la crema corporal… No todo estuvo mal, el papel de baño sí llegó bien y llegó también pan de muerto (estaba delicioso, ajá ya se acabó) A eso le agregamos los cólicos mensuales, el malestar general, la frustración acumulada. Me quedé pensando todas esas que hago sin pensar, mi desorganización financiera, mi sensación de angustia. Esos momentos horribles en los que la voz interna le grita a uno todo eso que ha hecho mal. Fui a la cocina por las croquetas de Cirilo y de regreso las gavetas de la cocina estaban abiertas y me di tremendo golpe con las cuatro puertas, ajá no una, con las cuatro y seguidito. Me fui al sillón a llorar de dolor y de frustración… Luego del berrinche, me fui a dar la vuelta para evitar pensar en la posible cicatriz que me iba a quedar y justo en ese momento recordé mi cicatriz en la frente, sí tengo una ya. Tenía como cinco años y estaba jugando con algunos amiguillos a juntar no me acuerdo qué, yo me distraje viendo una luciernaga, me pareció fascinante aquel insecto, una niña llegó y me empujó para quitarme algo de lo que estabamos juntando y yo me di en la frente con una pierdra picuda. Me llevaron al hospital, me cocieron y de ahí el resultado de una cicatriz en el lado derecho de mi frente, como Harry Potter, pero mexa. Otra vez una cicatriz en el mismo lugar. Esa marca es evidente, pero a mí no me trauma porque me recuerda que fue el día que descubrí a las luciernagas, curiosamente me trauma más la marca que deja un grano de acné, en fin… Al llegar de mi pasea, ya más tranquila, regresé a mi rincón a agradecer todo lo bueno que sí tengo, toda la bondad del mundo hacia mí, todo lo lindo, todos mis “errores”. Hace poco sostuve una conversación donde me decían “Es que piensa bien las cosas antes de hacerlas” sé que esta persona lo hizo con buena intención, sin embargo, sostengo que, si pensara lo que quiero hacer, no haría nada y lo digo desde mi yo impulsivo, mi yo que se avienta con miedo y todo a hacer cosas, a los cambios. Hoy sigo con dolor en la frente, volví a romper la dieta al comer un pan sin azúcar que me regaló una compañera de trabajo, le puse crema al café… ¿Error o acierto? Me vale madre, acepto la responsabilidad con mi cabello lavado por dos jabones distintos, el agradecimiento profundo de la bondad de todo lo que me rodea y el recuerdo de aquella lucecita voladora a los cinco años.

 

¡Feliz viernes a todos! 😊

 

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Con la frente…rota

¿Les ha pasado que se levantan con toda la buena onda y… Se rompen la frente? Bueno a mí literal me pasó. Hoy de plano me di el frentazo con las puertas de las gavetas de la cocina, solté un ¡PUTA MADRE! Y me senté en el sillón a llorar mi dolor físico y emocional porque por estar en todo y en nada me llamaron la atención en mi empleo y pus admití mi error, pero el tema es que aunque todo tiene solución yo me quedé pensando que lo que realmente me dolió, además de la frente, fue el hecho de que sé que ese error se debió a mi falta de presencia por estar cansada.

Dicen que la Vida da algunos golpes y literal me lo di, me duele y lección a aprendida, ahora nada más falta ejecutarla… Así que a dormir con el soundtrack proporcionado por la mejor reparadora de frentes rotas, mi Fercha adorada, que by the way también le urge dormir.

Love too much 

Danzoterapia

El momento del recuentro con uno mismo casi, casi, casi siempre viene acompañado de renuncias provocadas y/o auto impuestas como dejar de ir fiestas porque estoy entrenando para correr un maratón, bueno la verdad tampoco es que iba mucho, pero a las tres que me invitaron tampoco fui 😀 Pero el tema acá es que junto con las renuncias a las distracciones normalmente encontramos un punto de encuentro con nosotros mismos, es un silencio interno, silencio al exterior; sin embargo en la cabeza es como si alguien tocara la batería y mal. Todo ese ruido nos deja sumidos en la ansiedad del futuro, la angustia del pasado y bla bla bla, ajá, tema del que ya he hablado y que retomaré nuevamente. Si bien ya he dicho antes que hay ángeles disfrazados de personas en mi vida hoy les quiero compartir a Aralí Gómez, mi maestra de yoga. Hace cinco años lidiaba con el sobre peso, desorden hormonal y bueno varios “milagritos” más y esta chica llegó a mi vida con esa sonrisa hermosa para enseñarme que sí hay salud posible a pesar de los diagnósticos médicos, a los cuales no resto mérito, o sea sí tomen sus medicamentos empero también sugiero una alternativa en el plano emocional porque si bien lidiamos con temas físicos, como era mi caso, dice el doctor Mario Alonso Puig, la atención, la caridad del médico pueden ser factores elementales para que el enfermo sane. Vivimos en dos planos: el físico y el emocional; es decir que todo aquello que experimentamos un día, una hora determinada no queda ahí; sino que transciende al recuerdo, a la emoción. Alguien nos besa la boca, pero lo sentimos dentro, despierta una emoción, misma que genera una reacción química en nosotros y así puede elevar el cortisol o hacernos sentir bien con la liberación de la oxitocina. Hace cinco años que no podía realizar ningún tipo de actividad física de alto impacto, Hugo me sugirió hacer yoga, como es lógico ignoré el consejo, pero cuando algo es para uno, es. Aralí empezaba sus prácticas de como instructora de yoga y ahí estaba yo como su conejillo de indias y que me sorprendo. Las primeras sesiones me di cuenta de que el esfuerzo era tremendo, sí en el plan físico, pero les juro que entre más me involucraba al estirar o activar un músculo lo que sentía era que se me expandía el cerebro, mientras más flexible era con mi cuerpo, sentí que mi mente acompañaba esa ligereza, es voluntad de romper fibras dentro mío en el plano emocional, entendí a presencia por primera vez. Sin duda la presteza, la paciencia, el cuidado, la bondad que Aralí tuvo conmigo fueron fundamentales para que pudiera lograr con mi cuerpo la elasticidad de la que hoy gozo y ¿por qué les cuento todo esto? Pues porque sucede que ahora que estoy en Ciudad de México, Aralí estará aquí dando un taller de Danzaterapia, esta clase es especial y ya sé que suena todo esto a super comercial y puede que sí, sin embargo, en esta ocasión me atrevo a compartir esta “información que cura” y en serio con todos ustedes lectores incorrectos porque si tienen una chanza el próximo domingo 22 de septiembre regálense este momento, acá abajo les dejo la información y el contacto de esta bonita sesión y no sólo eso; sino que como la Aralís viene con todo, las personas que mencionen que se enteraron de ella a través de esta publicación recibirán un regalito por parte de Aralí, así que pues ya saben, en la imagen a continuación podrán encontrar sus datos, detalles y todo lo que necesitan para aventarse un bailecito con ustedes, además de conocer el espacio y pues obvio estaré ahí sacando mis mejores pasos entre chacra y chacra.

Y para los que no alcancen a danzar acá les dejo más opciones 😊

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Clases

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En paz, descanso

«Todos los cambios… llevan consigo cierta melancolía, porque aquello que dejamos atrás es una parte de nosotros mismos: debemos morir en una vida para encontrar en otra»

Anatole France

Es bien sabido que «todos los cambios son buenos» que «todo pasa por algo» que «siempre es para mejorar» ok, ok, ok, pero de que se siente horrible, puf, duele mucho más que una herida física y curiosamente nadie habla de eso. Cuando rueda la primera lágrima surgen todas esas frases hechas que intentan poner a la intelectualidad de por encima de la emoción; sin embargo ahí vamos nosotros solos con nuestra vida, nuestro dolor, nuestra vergüenza, nuestra muerte de la cual irónicamente intentamos escapar todo el tiempo porque nos da miedo el propio abandono, el abandono de eso que aún haciéndonos daño nos retiene a vivir en una decisión punzante, pero eso sí firmes en alguna decisión que nos destruye de a poco, es un suicidio velado. Preferimos agonizar a morir de una vez por todas y que con esa muerte se vayan al diablo también los viejos paradigmas del amor, la abundancia, la felicidad, la locura, el deseo, el sexo y todo eso con lo que nos educan y que por cobardía preferimos decir «es que así me educaron» o «es que siempre he sido así» y no hubiera retorno o salida posible. 

Buscamos todo el tiempo una transparencia hacia afuera, una aprobación que radica solamente en el coraje de atrevernos a admitir que todas las decisiones nos pertenecen y con ellas sus consecuencias y no acá no hay culpas, sólo responsabilidades.

Había olvidado lo que es llorar con lluvia y frío, hoy lo experimenté otra vez. Miré por la ventana el reflejo de mis lágrimas, presencié una más de mis muertes, me dejé ir con todo eso que no me ha servido de nada, dejé ir nostalgias, compromisos, acuerdos, contratos, pactos, lealtades, nombres con sus recuerdos y dolores, no me debo nada, volví a nacer…

 

Justicia, aceptación y sostén

Esta semana he escuchado varias veces esta frase “No es justo” frase que delata la imbecilidad del mediocre, de aquel que no se atreve a tomar decisiones porque teme las consecuencias y al mismo tiempo teme el juicio. Me queda claro que quien la emplea es un dictador discreto, que teme decir francamente que tiene miedo, que no se atreve, que no quiere, que simplemente no le da la gana enfrentar lo que sea que tiene en frente. Cuando era más joven leí Tus zonas erróneas, recuerdo que estaba devastada por una ruptura amorosa, me sentía sola, estaba sin trabajo, sin dinero, me sentía sin opciones y me repetía que no era justo, no necesariamente con palabras, pero sí con actitudes victimistas hasta que llegó ese libro a mí, cuando leí que no existe tal cosa como la justicia, me quedé en shock, realmente en shock; sin embargo comprobé que efectivamente los eventos a nuestro alrededor pueden parecernos injustos, incluso tal vez lo sean, pero ¿qué vamos a hacer? ¡Cuidado que no digo que nos conformemos, jamás! Lo que quiero decir es que independiente del argumento de la justicia que muchas veces no está en nuestro poder, prestemos atención a lo que sí podemos hacer, por ejemplo, la actitud con la que tomamos cualquier evento a nuestro alrededor. Puede que no nos guste nuestro trabajo, nuestro jefe, nuestro peso, nuestro cabello, nuestra situación financiera, nuestra relación sentimental, sin embargo, al lloriquear por ahí y publicar en redes sociales lo mucho que nos disgusta perdemos tiempo valioso, tiempo de crecimiento personal. En mi empleo anterior me destaqué por mi desempeño y como compensación me dieron una tarjeta de Amazon de 300 pesos mexicanos, ahí hagan ustedes sus cuentas, cuando la recibí me ofendí, luego cuando solicité un ajuste salarial resulto en una especie de propina, incluso bromeaba con eso; pero como dice el refrán “entre broma y broma la verdad se asoma” la realidad es que estaba inconforme, pero ahí seguí hasta el día que la gerente de esa división me llamó en privado para decirme que había una oportunidad de salir de viaje, dicho viaje ya estaba más que en la mesa casi desde que ingresé a la compañía, aquel día inconforme y todo fui a la junta para escuchar que claramente me decía que no apostaba por mí y remató diciendo “Tú estás buscando un crecimiento que aquí no va a haber” esto acompañado de un golpe ligero con el puño derecho sobre la mesa por parte de ella mientras se inclinaba hacia atrás en su silla, lejos de sentirme mal, ese día volvió a mi mente la célebre frase de aquel libro “La vida no es justa, face it” sólo agradecí y asentí ¿Qué iba a hacer? Hasta cierto punto ella tenía razón, yo buscaba algo que ahí no iba a encontrar sólo me quedaba porque tenía miedo de moverme, de volver a empezar, me sentí literalmente como la amante del señor panzón que dice “Pues no voy a dejar a mi esposa, esto es lo que hay” y ahí decidí romper (un poco al menos) mis creencias limitantes, me di cuenta de que el poder era mío, no de si me aumentaban una cantidad determinada en mi sueldo o si me enviaban de viaje o si me reconocían mi desempeño de la forma que yo esperaba, no, mi poder radica en observar y tener claro que si deseo cualquier cosa en mi vida depende de mí, solo de mí generarla. Volteé a ver las demás cualidades que tengo, esas que todos sabemos que tenemos, pero preferimos que alguien más nos la diga porque “no está bien hablar bien de nosotros mismos” pero sí lo es estar buscando la aprobación externa y luego nos quejamos de que si apegados y codependientes y bla bla bla y la misma humanidad se queda frágil y confundida. Nos quedamos atorados entre la utopía de la justicia y el apego con una sensación de insuficiencia que intentamos sanear con todo aquello que nos prometa un alivio, aunque sea momentáneo desde ir de compras a involucrarnos en la primera relación tóxica, pero eso sí que nos reconozca eso que, a nosotros, los habitantes de la propia vida, no es prohibido socialmente y que por contraste nos es exigido más adelante. Desde la última entrada me he enfrentado a muchas situaciones que me incomodan, me lastiman, me generan rabia y tiendo al auto reclamo y recuerdo que la justicia no es pretexto y/o justificación. Las cosas son como son. Ahora retomaré el tema de mi divorcio/anulación/ya no se qué es, me da pereza, me da rabia tener que ser yo quien busque zanjar ese tema, encargarme de tres gatos yo sola, me encabrona, sí me súper encabrona, tener que ir a pararme a juzgado en el que para empezar ni quise estar desde la primera vez, me da rabia que me hagan dar vueltas, me estresa ¿Es justo? Puede que no, puede que como dice Julieta Venegas, me lo merezca, pro si quiero una solución a mi favor e interés sea yo quien la genere. Así en lugar de tomar la posición de víctima, agaaaaaaaaian, y buscar inútilmente una justicia que no existe porque justo sería que mi encanto sea el mismo independiente de los calzones, lo coma, lo que pese, lo que mida, mi edad, mi nacionalidad, pero volvemos “la vida no es justa, take it or leave it” y yo prefiero tomarla esta vez con calzones nuevos, cintura reducida, tres gatos que adoro, hartas lagrimas y la cicatriz de un grano que me apreté ayer en total aceptación de que en la vida, somos nosotros los responsables de nuestro único y perfecto sostén.

 

 

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42K CDMX 2019

¿En qué día vamos?” TOIIIIN ¡YA NO HAY DÍAS QUE CONTAR! Llegué a la meta, literal, crucé la meta de los 42K por primera vez y le juro que esa sensación que viví el domingo pasado sigue en todo mi cuerpito serrano, me siento poderosa, realmente poderosa, capaz de lograr todo lo que quiera, es más hasta siento que ya lo tengo, así de canija es la sensación. Fueron meses de preparación, meses de renuncias, de cambios provocados; como mudarme a CDMX, de adaptaciones, de llorar, de preguntarme ¿Qué chingados estoy haciendo? (Ajá, así dije) Dicen que durante la carrera llega un momento en el que te topas con la pared y sientes que no puedes más, con enorme gusto le comparto que nunca llegué a sentir eso, ni en el kilometro más cabrón que para mí que fue el número 38K, ahí sí que sentí que mis parpadeos eran tan largos que sentí que casi me quedo dormida y una sensación de tensión muy cabrona en el cuello, pero a ver, a ver les cuento desde el inicio. )

Sábado. Desperté a las 5:50am para iniciar mis arduas labores como CM a las 6am. En mi hora de comida fui al gym a correr los 40 min del último entrenamiento, esto para que el ácido láctico no te dé en la súper madre durante la carrera, recoger la ropa de la lavandería (sí escucharon mis ruegos y me entregaron la ropa al día siguiente, love them💖) luego revisar maleta porque ese día me reunía con Sex and the running en el Airbnb en Coyoacán. Dieron las 3pm y cerré la compu, me bañé, me arreglé y salí. Afuera del hospedaje me estaba esperando Tío Luis ¡Pinche emoción chingona de ver a Maira, Tío Luis y a Sam! Bailamos, reímos, cagué poquito a Maira que tenía un desmadre en la habitación, me comí sus almendras (perdón, ami 😬) en pleno chisme con estos vatos, me di cuenta de que se me rompió el atuendo que llevaba puesto, por fortuna traía ropa para cambiarme y de ahí directo a la Cena de carbohidratos en Vapiano donde conocimos personalmente a Fabio Ornelas, el entrenaitor, una felicidad tremenda de conocer a este señor que confió en nosotros desde Brasil. Cenamos, nos regaló además de consejos súper útiles que les voy a compartir aquí, una playera súper bonita con la que corrimos muy orgullosos. De la cena al súper por algunas viandas y a dormir.

Domingo. Sonó el despertador a las 5am, Maira se levantó, empezó con su ruidero y ahí los demás para arriba también. Desayunamos un plátano y suero. Saqué a mi amiguito el micropore, me parché las chichis como Lady Gaga, me unté desodorante en barra en la entre pierna como las eloteras aderezo y ahora sí con la chichi parchada, la entrepierna embarrada, salimos hacia Ciudad Universitaria y ahí se me ocurre “Quiero hacer pipí” Maira me acompañó y estuvimos formadas en la fila de hombres que porque son más rápidos y mmmmm ño, ño lo son. Fabio llegó un poco más tarde junto con Marcelo porque el tráfico estaba tremendo. Saliendo de los baños, nos encontramos y ahora sí a nuestro respectivo corral. Sucede que dependiendo el tiempo que hayas estimado hacer al momento de la inscripción el sistema te asigna un color. En el kit de corredor viene una pulsera de ese color, así cuando llegas al lugar te ubicas en el corralito según la pulsera, la mía era amarilla, la de mis amiguis roja, y ahí ya me dio el válgame porque yo no quería salir solita, entonces como el Universe es todo el pedo cuando Fabio nos dio los ejercicios de calentamiento, me encontré en el suelo un cordón rojo y lo puse encima de mi pulsera, así que ahí voy con todos. Ya en el corralito, lo típico: fotos, fotos, fotos y más fotos hasta que Tío Luis dijo “Quiero hacer pipí” y mi vejiga de papel dijo “Ay, yo también” y yo pensé “Noo seas mamón” total que nos dieron las 7:30 y ya casi por salir, me consolé pensando que en el camino pararía en alguno de los baños y sí, en el kilometro tres corrí hacía el baño, pero la fila era enorme y seguí derecho, la verdad es que no tenía ganas, sólo eran mis nervios. Los primeros doce kilómetros los hice junto a Maira, en un puesto de hidratación la perdí y de ahí en adelante fui solita. En el kilómetro quince estaban Fabio y Alexandra listos por si necesitábamos algo. El plan era que en el kilómetro treinta y dos estarían también, y sí estuvieron, pero como soy la lenta del grupo pues ya no estaban cuando yo pasé porque como siempre Tío Luis sale con sus cosas e iba súper rápido, ash 😒 Fabio y Alexandra se movieron a toda velocidad para alcanzarlo en la meta. Hasta el kilómetro treinta y cinco iba bien, lenta, pero seguía. Detenerme nunca fue una opción, aunque Fabio nos dijo que lo hiciéramos si lo sentíamos necesario, como Murakami, me repetía “Soy una máquina de correr, soy una máquina de correr” Jamás hubo en mí duda de terminar la carrera, eso no quiere decir que no me sintiera cansada o que no haya representado un esfuerzo enorme realizar esta prueba, lo que digo es que durante la preparación, con todo y las lesiones y la gripa de unas semanas antes, yo tenía certeza de que iba a hacer esa prueba y la iba a terminar, es la preparación mental que les contaba antes, lo visualicé, lo sentí, lo agradecí, ya sentía la medalla en mi cuello, cuello que se me empezó a tensar en el kilometró treinta y ocho, mis parpados comenzaron a pesarme, sentía que me quedaba dormida. El último gel lo había tomado en el kilometro treinta y seis, ahí empecé a repetirme con más fuerza “Soy una máquina de correr, soy una máquina de correr” Pasé Juárez, entré a las calles adoquinadas del Centro Histórico y ya me sentía ahí, ya, quería verme en la pantalla, sabía que mi Amo, en Chile, y Cat Powers, en Costa Rica me iban siguiendo, pasé frente a Palacio Nacional. La porra en las orillas gritando “Ánimo, ánimo, ya llegaste” y ahí reflexioné y me dije “Nel, Nans, no has llegado, tienes que cruzar la meta, sigue, sigue, sigue” apreté el paso y a las cinco horas con quince minutos y treinta y nueve segundos, según el registro oficial, crucé la meta, la crucé agradecida con todo mi cuerpo, con cada parte de mi ser, mi mente y por supuesto con cada una de las personas que forma, sí en presente, parte de este proyecto. Como dije antes, fueron muchos meses, muchos cambios tanto profesionales como personales. Cruzar la meta es una sensación satisfactoria, sin embargo, me parece que la preparación es fundamental; es decir, vivir el proceso de los entrenamientos que nunca fueron iguales, aunque corría la misma distancia. Esta experiencia me deja como aprendizaje que lo que hice ayer, pertenece al pasado, hoy es otra cosa. Eso me quedó clarísimo cuando un domingo corrí 35K y al siguiente que me tocaban 18K, dije “Pelada” y ahí tengo que me lesioné y estuve tres semanas parada con los pies en rehabilitación. La confianza es buena, pero el subestimar el esfuerzo y la nobleza del cuerpo, no. Con esta experiencia reafirmé que todo es posible si se entrena, palabras de Fabio 👏 Que la amistad, el cariño y la confianza rebasan fronteras y que no es posible, ni aconsejable, vivir de las glorias pasadas. Sí, el domingo 25 de agosto de 2019 corrí un maratón, 42K, sé que pude, que es una gran victoria para mí, empero pertenece al pasado. Los caminos que decida correr de aquí en adelante serán nuevos porque yo misma lo soy.

Gracias a todos ustedes lectores que se inspiraron en esta narrativa e incluso comenzaron a correr, gracias por sus mensajes de seguimiento, de apoyo, de solidaridad, gracias por los consejos, gracias mi amo, gracias Cat Powers por seguirme cinco horas de trayecto gracias infinitas, gracias, Marcelo por enseñarme que sou foda 😁 Mil gracias Jesucrista y Juliana por buscarme entre tanta gente y pese a sus ayunos prolongados y desvelos innecesarios ir a verme, las adoro 💖🙏✨

Y para todos aquellos que me preguntaron que cómo, que dónde, aquí podrán encontrar los datos del super entrenaitor que llevó a estos cuatro mexas a su primer maratón, Fabio Ornelas y de pasadita lean otra vez el artículo que escribió À distância sobre su experiencia de entrenarnos a distancia por si quieren y gustan aquí toda la información por si un día se les ocurre prepararse para un maratón crucen la meta como yo diciendo:

SOOOOOOOOU FODA, SOU LENTA, MAS SOU FODA! 💪

(Marcelo me ensinou a frase 😁)

M2

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Día 1. Así es, el día número uno. Un día antes de la gran prueba que significa para mí correr un maratón, correrlo en mi país “México tan lindo y querido…” Voy a sonar como una Youtubera que sigue Juliana que parece que la única palabra que la única frase que se sabe es “estoy muy emocionada, estoy muy emocionada” (me tiene loca con eso 😒) El punto es que sí estoy emocionada y por muchas cosas. Cuando inicié en este mundo corredor, lo hice como todo lo que hago, en serio, de forma disciplinada, constante y porque estaba súper triste por mi reciente separación matrimonial, como es lógico en esos momentos, no imaginé todo lo bueno, todos los cambios que en ese sentido se iban a desatar. En Guadalajara pasaba mucho tiempo sola llorando y sudando, cuando empecé a correr seguí llorando y sudando, pero esta vez a trote con la compañía de grandes personas, amigos maravillosos a los que ya he mencionado en esta cuenta regresiva. Alexandra que comenzó la broma de la corretiza y que ahora no correrá, pero estará ahí en la porra. Alexandra y Marcelo a mi vida desde Brasil para recordarme que el amor lo puede todo, que la amistad es sólida, verdadera, abierta y que la distancia geográfica no importa; además me enseñaron a hacer brigadeiro, lo cual es una verdadera chinga y más con Alexandra burlándose de una mientras uno mexe y mexe. Tío Luis que cuando viajaba cuidaba a mis gatos y con quien ahogaba mis penas en pozole, su compañía mientras desenredaba mis estambres escuchando conferencias o viendo juntos Maria de Todos los Angeles (su pechito… blanquito 😂) Maira y nuestros audios eternos hablando de amores, mi próximo enlace matrimonial jejejeje, Sam que lo adoptamos como parte de Sex and the running club en diciembre en la carrera de Zapopan y que me recuerda que escucha mis audios muchas veces “Amigos, hoy que venía de la Cucú…”

Han sucedido muchas cosas desde que inicié a correr, además de perder peso físico, con gusto, me doy cuenta de que he perdido también peso emocional, relaciones tóxicas, empezando por la que tengo conmigo. Hoy me amo muchísimo, me puedo ver, me vivo, me siento, me cuesta menos estar presente en mi vida y disfrutar de ella. Escribir todos los días una nota significó también un reto, no sólo porque escribir ya lo sea, sino porque entre todo el trajín que fue mudarme de ciudad, empleo y así no sabía qué iba a hacer con el blog ¿qué iba a pasar con PIERNAS Y RESEÑAS? No tenía idea de nada. En Guadalajara se me ocurrió filmar un documental sobre esto, pero me mudé, luego la sección de reseñas se iba a quedar ahí tirada porque ni libros, ni ganas de leer, ni idea hasta que un día, miércoles, por cierto, me enviaron una imagen de los días que faltaban para el maratón y lo primero que pensé fue ¿A quién le va a importar que corro un maratón? En este día número uno antes del maratón Con mucho gusto me doy cuenta de que en esta cuenta regresiva de que sí les importa, de que estos números han inspirado a muchos a correr o a realizar el cambio necesario en sus vidas para encontrar su mejor versión no sólo física; sino internamente. En estos cuarenta y cinco días han sucedido muchas cosas que no esperaba, las cuales agradezco infinitamente. Llegar a esta hermosa ciudad es una de ellas, me refiero a llegar y sentirme ya parte de ella. En estos cuarenta y cinco días me adoptó la maravillosa familia que es el Albergue, me convertí en la tía Nana, conocí el Crossfit casero con Jesucrista. Llegar a este día ha significado constancia, disciplina, pero también ha sido posible gracias al apoyo y la confianza de muchas personas y a todas ellas, gracias, gracias, gracias…

Ahora sí los créditos:

Fabio: Por entrenarnos desde Brasil y confiar en estos cuatro mexas primerizos.

Axel Macías: Por tu creatividad en cada una de las fotos, por siempre creer en mí y en mis proyectos y bancarte mis histerias (ajá, soy yo fuera un super héroe sería Suuuuuuuper Histeria) MIL GRACIAS, ROLLITO.

Jesucrista: Por recibirme en el Albergue con mis dos maletas y tres gatos y hacerme sentir siempre parte de esta bonita familia, por hacer tretix infinito para que deje de sentirme como paracaídsta y por matarme de hambre para tener cetonas algún día y por dejarme dormir en tu bed estos días para que descanse bien para el maratón.

Juliana: Por adoptarme como tu tía Nana, por cuidarme cuando tenía gripa, por ser mi bastón emocional para ir de compras y mantenerme al tanto de las noticias como Sergio Ramirez, Youtubers, Descendientes, Luisito Comunica y sus infidelidades, Gravity Falls (me encanta Mabel) etc y etc…

Marimar: Por cuidarme mis piecitos, mi pancita, mi cabecita loca cuando estuviste acá.

Capitán: Por abrazarme cuando tenía las patas en la cubeta con hielo, por bailar conmigo cuando llega usté a medios chiles y todavía tiene paciencia para una rolita conmigo.

Di: Porque si esta cuenta regresiva existió fue porque cuando me entrevistaste para la posición me dejaste claro que para resolver problemas se necesita creatividad. LOVE YA!

Mi amo: Por el regalito de cumpleaños, por pensar en mí y hacerme saber que, aunque jamás correrás un maratón, te importa que lo hago, por tu admiración y tu cariño, tu interés por mí en la distancia, por seguirme en la app, lo que me da poquito estrés «Nancy, salimos en veinte minutos». 😬

Gracias infinitas a todos ustedes, lectores incorrectos, que han seguido esta cuenta regresiva, gracia por sus mensajes de ánimo, por sus oraciones, por sus buenos deseos, por su interés en mí, en este proyecto, en mi flojerometro, en mis calzones ooooooobvio luego les enseño los nuevos.

Y si gustan seguir de cerca la carrera, bajen la app y ahí podrán ver cómo van mis pasitos y los de sus corredores favoritos, solo tiene que ingresar el nombre del competidor y aquí la revelación, mi nombre es NANCY KARINA OVIEDO LOPEZ, ajá tengo nombre de personaje de telenovela sudamericana. Aquí la guía básica Maraton de la CDMX 2019.

Ya sé este post está muy largo, pero hubo unos muy cortos, tons ahí compensamos je je 😁

P.D. Amigos todos, me esperan, eh, ya saben que soy la lenta del grupo 😬

Flojerometro: Emocionado 😎😉😁✨💪

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Día 2. Un día de muchas emociones, mucho sueño y muchos sueños. Estoy con la emoción total de que hoy llega a la ciudad Maira, Tío Luis y maybe just maybe mañana vaya a correr a Chapultepec nada más cuarenta minutos. O sea, el plan está padre, pero se lo sacan de la manga Marcelito y compañía y así no se puede, una es working girl y trabajo los sábados por la morning. De hecho, aprovecho para agradecer a mi jefecita actual que es una mujer maravillosa que me dio chanza de entrar más temprano para salir a las 3pm ¡Gracias, Di, love ya! 😊 💖

La neta estoy súper contenta porque últimamente las mujeres que me rodean son todas unas personas maravillosas, aunque me tiren los calzones de abuelita y se burlen de mis gustos en lencería 😒 Aprecio y valoro mucho su presencia, la femineidad que aportan a mi vida 😁 Porque me han enseñado a valorarme desde aspectos que no conocía de mí misma y porque sin importar la distancia geográfica están cerca, eso es maravilloso, se siente maravilloso. Recuerdo que nunca tuve tantas amigas mujeres como ahora, sentir esa solidaridad de querer el bien de la otra es más que bonito, es humano. En la distancia recuerdo a mi querida entrenadora del mal, Elena, que en mis momentos más gordos y emocionales me llevaba al gym y me deshidrataba en el vapor tratando de crear la estrategia perfecta para mantener mi matrimonio o Atenea que se lanza a correr como chiva loca y así #JuntasHastaLaLesion corríamos por montes y valles en Guadalajara je je la neta casi siempre íbamos al Metropolitano y como a mí no me gusta dar vueltas ni en las carreras ni en la life, le dije “Hasta aquí, mana, mejor chismeemos y seamos borrachas sanas con vino y pepinos” o Maira y nuestros audios eternos de cada que conocíamos a alguien ya nos veíamos casadas y siendo una la dama de honor de la otra 😂 Por cierto, yo me quiero casar en la playa y Maira ya sabe que vestido usará en mi boda, pero lo que no ché es dónde se quiere casar Maira 🤓 ¿Dónde te quieres casar, amiga? Bueno, donde quieras, ya tengo al fotógrafo, o sea ya sé que quiero que sea @ferjuaristi 👀👏💅 Ajá así nosotras.

Volviendo a los temas maratónicos les cuento que las playeras, en general, vienen bien reducidas (acento chilango) y mis chichis no caben. Déjense que yo sea chichona, 36c, la playera que me dieron fue mediana (¿o yo la pedí? No me acuerdo) y nomás nel, parezco Hulk morena y chaparra. Según una compañerita del work, me dijo que muchas personas se han quejado de lo mismo, y no son chichonas, entonces, ahí les dejo el dato. De cualquier manera, no pensaba usarla porque NUNCA, NUNCA, NUNCA debes estrenar nada para una prueba de este tipo, pero caray, sí quería usarla un día o a lo mejor en la próxima remodelación del Albergue maybe Jesucrista termine enmarcándola o pintándola de blanco o no sé, pero bueno hasta aquí le vamos a dejar porque tengo que ir a la lavandería. Resulta que ayer fui en contra de la evolución y… lavé a mano (drama total) el short que quiero usar para el domingo no estaba limpio, me dio “el acá” como dice Jesucrista y tuve que bajar a lavarlo y ya encarrerada, lavé mi gorrito y un vestido, ese sí no sé por qué lo lavé y ya está limpio muy mono él. Realicé una actividad noble, me siento satisfecha, pero ni maíz paloma que lo hago otra vez, así que corriendaaaaaa, volaaaaanda y aceleradaaaa, me largo a la lavandería a dejar mis demás things rogaaaaaanda que me las entreguen mañana en la very morning.

P.D. Foto de los calzones nuevos después del maratón. Por lo pronto, aquí el escarnio y mis calzones QEPD y las quejas de las playeras del maratón

Flojerometro: Hambriento, Jesucrista escucha nuestras suplicas.

Atte: Las apostolas, Juliana y Nana (Goey, tengo una junta a las 2:15pm y luego a las 3pm) 🙏🥗

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Foto de @wolf_pher

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Día 3. Un día de cielo nublado y mariposas en el estómago, de secretos que realmente no le importan a nadie y que aun así se siente lindo compartir la complicidad de los momentos sin importar la distancia. Mi Cat Powers de petatiux hasta Costa Rica te mando un abrazo enorme, abrazo de corredora a corredora y hablando de corredores hoy pisó suelo mexicano Fabio Ornelas, el entrenaitor de entrenaitors. Llegó desde Brasil para este maratón maravilloso y para conocernos ahora sí en vivo y en directo, me siento la más emocionada que hoy corrí hasta con más ganas porque sentí que me veía 👀 literalmente está cerca jeje 😁 Así que hoy fui a recoger mi paquete de corredor para el maratón, la verdad es que fui con mucha emoción, sin embargo no lo disfruté tanto porque iba solita, extrañé a mis compitas, así que suplí ese vacío con compras, sí, compré calcetas, geles, bolsitas y de más cosas que no necesitaba, pero las quería y las compré 😎

Hace días que las chicas del Albergue y yo compartimos algunas de las cosas que nos hacen felices y por las que estamos agradecidas. Hoy lo voy a compartir aquí porque me siento muy feliz:

1.- Recoger mi paquete de corredor

2.- Que mi amo me acompañó en una vídeo llamada cuando regresaba a Albergue.

3.- Llegar al Albergue, encontrar a Jesucrista y a Juliana pintando.

4.- Enterarme quien rayos es Sergio Ramírez, ajá no sabía y sinceramente me vale gorro, pero ya sé quién es ¡Gracias, Juliana!

5.- Que Jesucrista interrumpió una llamada para que le contara de mis corredoras experiencias.

6.- Que Yuki, la perrita, esté aquí encima del teclado sin dejarme escribir pidiéndome amor 💖💖

Mucha cosa buena, mucha y ahí no para la cosa. Hoy también me llegó un mensaje a mi cuenta de Instagram de @glitzimx ofreciéndome un descuento de 10% para los corredores del maratón CDMX con el cupón MARATONCDMX al entrar a su página https://glitzi.com.mx/ correr tiene sus beneficios, así que ya saben 😉 mencionen que lo vieron acá en locorrectodeloincorrecto.com y a través de @nan_oviedo en el número trece de esta cuenta regresiva, acá la imagen 😊

Flojerometro: Equipado ✨

Descuento.JPG

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 Foto de @kari.filmmker y @sarabarrenechea_