Pasó ya un año desde la publicación Stay strong! Keep going! donde relaté mi experiencia en el medio maratón de Guadalajara en 2018. En aquella ocasión corrí con Alexandra, bueno correr, correr no porque ella es una bala con mucha experiencia y yo era nuevecita en el tema. Sin embargo, a ese medio maratón le siguieron el de Ciudad de México y el de Querétaro. Mientras escribo, miro la foto del año pasado, estaba justo por cruzar la meta cuando Hugo capturó ese momento, me recuerdo cansada y sorprendida. Veintiún kilómetros. No lo podía creer. En aquella ocasión hice todo lo que no se debe hacer: usé los tenis equivocados, no entrené propiamente, me cubrí los dedos de los pies con cinta que se despegó y al kilómetro quince tuve que parar a quitármela. La ropa me quedaba mal y además de mi sobre peso (diez kilos) llevaba a la espalda una cammel bag con dos litros de agua, la gorra que llevaba me rozó la frente… todo mal, pero terminé. Hubo momentos en los que yo misma dudaba de si lo lograría, esto último me cimbra porque en esta edición tampoco entrené propiamente, incluso tres semanas antes estuve con lesión en la rodilla derecha, fascitis plantar en ambos pies, muchísima carga emocional, estrés financiero. Maira fue la primera en inscribirse, luego Luis, Alexandra, Marcelo y hasta Samantha (Walter nuevo miembro del grupo corredor) y me preguntaban si lo iba a correr y yo respondía que sí cuando ni siquiera podía caminar bien. Miss. Busy vino desde Costa Rica a Guadalajara y ahí sí que hubo que correr porque se nos iba el autobús y sentí como mis piernas fluían. Luego visité la Ciudad de México, me reencontré con Gringo Loco, quien me dejó quedar en su casa y se las arregló para compartirme su tiempo, sus gustos y lugares deliciosos para comer como Japonecito (no se llama así, pero sí le dice él) lo que sirvió de consuelo cuando me dejaron plantada para un proyecto. Luego Hank me hospedó, alimentó y se sentó conmigo a ver los dos primeros capítulos de Umbrella Academy, mi comic favorito en el mundo mundial en la comodidad de su cajita de zapatos (es literalmente el hombre que vive en su zapato) y se ubica en casa la fregada (ajá hasta allá vive). También me reencontré con colegas de mi antiguo trabajo y volví a casa con mi maleta, mis certezas y mis dudas resueltas “corro el domingo” me dije. Compré mi inscripción. El miércoles pasado me asaltaron se llevaron mis tarjetas, mi teléfono, mi dinero y, entre muchas cosas, la certeza que tenía es que corría ese domingo. Estaba consciente de que no había entrenado propiamente (ajá otra vez) sin embargo, no tenía dudas: iba a terminarlo. Otra vez todo parecía que iba medio chueco. Me levanté tarde, tío Luis, me envió un mensaje de que llegaba en diez minutos y yo me puse los calzones al revés (Marcelo, no me odies, no preparé nada antes, tenía mil de sueño) me vestí como pude y salí. En la explanada de La Minerva nos encontramos con los demás y ya listos. Los primeros kilómetros los corrí con Maira y luego la perdí en un punto de hidratación. Me tocó sola. Recordé en dónde estaba al año pasado, lo que significo subir el Matute, los Arcos Nuevo Milenio, mi brazo derecho entumido por ir jalando la cuerda de la mochila. Empero este año corrí ligera, sin doce kilos de más, sin una relación tóxica, sin ampollas en los pies, sin ningún peso extra en la espalda y a favor me reconozco que utilicé el calzado correcto, la ropa y todo el recorrido tuve la certeza de que en la meta grabaría un vídeo para Miss. Busy donde ella pudiera ver La Minerva que tanto le gusta, sabía que tío Luis, Maira, Alexandra, Marcelo y Samantha me esperaban. Las lesiones de este año son las marcas que me quedaron en el abdomen de la bolsita donde coloqué el celular que me prestó la señorita S, grandeza de corazón de esta mujer. Estas marcas no son visibles como tampoco lo son el esfuerzo, los entrenamientos, las lágrimas, los miedos, las dudas, los dolores o las certezas, pero como dice tío Luis: no todas las marcas son malas… y tampoco son para siempre.
En la foto Chuchú portando la medalla por segundo año consecutivo ¿quieres verlo el año pasado? Sígueme en Instagram @nan_oviedo
Los invito a que se suscriban al sitio locorrectodeloincorrecto.com
Cómo siempre me encantó el post Nan!.
Siempre es un gusto compartir estas experiencias contigo… Vamos por lo que viene ;).
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Vamos por el maratón 😉
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