Nene ¿Qué vas a ser?

Cuando ser grande se convierte en una carga sin grandeza.

Miguel Mateos inspiró a muchos con su lírica Cuando seas grande y las opciones que nos daba eran: estrella de rocanrol o presidente de alguna nación. Hasta ahora la que parece seguir gozando de algún tipo de prestigio es la primera. Sucede que con el tiempo los ideales se vuelven obsoletos, inútiles e inservibles. Un personaje cualquiera puede llegar a dirigir una nación sin el menor sentido de la responsabilidad, es solo el poder por el poder. Una autoestima dañada, un orgullo rencoroso que sube un escalón y desde ahí escupe a todo lo que parece estar debajo de él. Lo que se considera liderazgo no es más que la manipulación a destajo.

¿Será verdad que aquellos que nos gobiernan son el reflejo de la sociedad que dirigen? Lo que puedo decir es que he tenido la desgraciada fortuna de encontrar individuos que ostentando el título de líder se dedican a sanear sus inseguridades con el argumento de «es muy bueno en lo que hace» ¡Claro que lo es, tiene años en ese puesto! Lo menos que puede hacer es desempeñarlo con eficiencia, pero eso ¿Habilita el derecho a ser cretino? No lo creo.

John C. Maxwell divide el liderazgo en cinco niveles.

1.- Por derecho

2.- Por permiso

3.- Por resultados

4.- Por reproducción

5.- Por respeto

Mientras que el primero es casi que por dedazo, el último es el nivel al que muchos deberían aspirar, porque no solo es quien dirige un equipo, sino quien lo anima y lo alienta a sacar lo mejor de sí. Desafortunadamente casi siempre nos encontramos con el primero. Ese seudo líder que se ufana de ser duro e inflexible solo por el hecho haber sido el elegido. Todos tenemos la capacidad de ser líderes en nuestra vida diaria, con nuestros amigos o vecinos, así que hagamos una buena elección porque no basta lo grande que seas, sino la grandeza con la que vivas.

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